La encantadora ciudad hace parte de la Romagna, es muy famosa desde la antigüedad por sus aguas termales, Riolo Terme todavía conserva su bella roca, construida por los de Bologna, en 1388, como signo de los acontecimientos históricos medievales, renacentistas y contemporáneos, importantes para las tierras cercanas.
Madre Lucía Noiret descubrió este país prometido a fines del siglo pasado, durante un viaje de campo realizado con las internas del “Conservatorio San Giuseppe” en Imola. Al enterarse de que el país carecía de un instituto de educación para niñas, desarrolló el plan para construir una casa que sería un hogar permanente para su naciente familia religiosa y una escuela de educación cristiana, estudio y trabajo para las hijas del pueblo.
Animada por los consejos de Don Bosco, sor Lucía Noiret abrió la primera casa de la Congregación en Riolo en 1889. La elección fue una intuición profética: el país estaba habitado por una población muy trabajadora que avanzaba hacia un desarrollo que hoy es visible y las hermanas de Madre Lucía contribuyeron generosamente trabajando en el campo de la formación de niños y jóvenes.
En la actualidad, a la escuela de la infancia llegan los niños del país en donde encuentran un jardín, con aulas espaciosas y un ambiente tranquilo, abierto y comprometido para su crecimiento humano y cristiano.
La escuela está inserta en la realidad socio-cultural del lugar, se está colaborando con los padres en la formación de sus hijos que inspire a un proyecto educativo que lleve a una misión evangelizadora de la Iglesia y al carisma de nuestra congregación que es dar a conocer a todos la bondad, la misericordia del corazón de Dios y colaborar para la construcción de la civilización del amor, por el bien de la humanidad. Las hermanas siempre han prestado su servicio en la parroquia.